La campana de abril redobla con tristeza
porque Leli no conoce las flores.
No conoce los pájaros.
No conoce la lluvia ni el viento.
Tampoco conoce a su Antonio.
¿Cómo sea posible que su sonrisa,
una parte de la naturaleza misma,
no dé bienvenida a la primavera?
Quizás, Antonio, el no conocer es la quinta estación.
La estación en la cual le despides.
Lentamente y con el amor sagrado
de dos parras enlazadas.
Un abrazo fuerte de Lynn
abril 2007